El otro día, en clase, me enteré de que hay fases en el proceso de investigación. Bueno, pensaréis que es obvio pero yo no había caído en ello. Este proceso está dividido en tres fases: conceptual (qué y para qué), empírica (cómo) e interpretativa (resultados).
Etapa Conceptual
En esta etapa cambiamos nuestro rol y nos convertimos en detectives. Observamos y observamos para identificar el problema y poder formularlo.
Tras la observación, hay que hacer una búsqueda bibliográfica. Esto sirve para saber si alguien más se ha interesado por el tema o si eres el único interesado. Además con ello formas un marco teórico o de referencia para tener una base sólida.
Esta fase es como, por así decirlo, los cimientos de la investigación. Sin ellos todo sería más difícil. Sería como andar sobre arenas movedizas ya que no tendrías ningún apoyo o guía.
Etapa Empírica
Es la etapa más práctica del proceso, corresponde a: materiales, métodos y obtención de resultados. Por ello esta etapa se divide en tres:
Planificación: técnicas, población de estudio, muestreo, variables y definición del proceso de recogida de datos.
Se trata de poner por escrito todo lo que tienes en la cabeza, para así darle orden y coherencia. Es el cómo lo vas a realizar para que,si alguien lee tu estudio, sepa cómo lo has hecho.
Trabajo de campo: es la recogida de datos propiamente dicha. Desde asaltar a transeúntes para que rellenen tus encuestas a colarte en un hospital. Por supuesto no vale hacerlo de cualquier manera, tienes que realizarlo como has descrito anteriormente, sino no vale.
Análisis de datos: estudiar, comparar los datos.
Etapa Interpretativa
Esta etapa, parece muy simple. Por el nombre pensarás que sólo hay que interpretar los resultados (igual que pensaba yo), pues no. Hay que hacer mucho más:
- Convalidar los métodos empleados. Porque claro, si utilizas un método que no sirve los datos no se reconocen como válidos.
- Convalidar los resultados.
- Describir los puntos fuertes y débiles del proyecto. Hay que poner las carencias del estudio para así no dar pie a la confusión.
- Relacionar los hallazgos con los objetivos e hipótesis. Decir si los resultados respaldan tu hipótesis y has alcanzado los objetivos o si por el contrario ha acabado por ser lo contrario.
- Relacionar con los hallazgos de otros autores. Si tus datos están en contra de tu hipótesis y hay cincuenta autores con datos contrarios tienes un problema.
- Resaltar los puntos más novedosos y relevantes.
- Extraer conclusiones. Por fin, ahora sí puedes exponer lo que tus datos responden.
La verdad es que me parece muy engorroso. Si antes no tenía ganitas ningunas de investigar ahora menos. Seguir todos los pasos y encima tener la posibilidad de que lo estás haciendo mal...
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